Lograr una carne blanda y jugosa es todo un arte, pero con los cuidados y pasos correctos, puede convertirse en un clásico infalible de tus asados. Aquí te compartimos los mejores consejos para que tu carne sea la estrella de la parrilla:
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Selecciona la carne adecuada
Elige cortes de buena calidad como lomo vetado, filete o solomillo. Estos tienden a ser más tiernos por su bajo contenido de colágeno y buena infiltración de grasa intramuscular (marmoleo), lo que los hace más jugosos.
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Temperatura ambiente
Antes de asarla, deja que la carne repose fuera del refrigerador entre 30 y 60 minutos. Esto ayuda a que se cocine de manera uniforme y se eviten cambios bruscos de temperatura.
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Marinado
Marinar la carne con anticipación puede mejorar tanto su sabor como su textura. Puedes usar una base de aceite, jugo cítrico, vinagre, hierbas y especias a tu gusto.
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Sazonado con sal
La sal es clave. Aporta sabor y ayuda a retener la humedad de la carne. Sazona generosamente antes de ponerla al fuego.
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Sellado inicial
Sella rápidamente la carne a fuego fuerte por todos los lados. Esto crea una costra exterior sabrosa que atrapa los jugos en el interior.
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Cocción a fuego indirecto
Una vez sellada, traslada la carne a una zona de menor calor en la parrilla. Cocinarla lentamente mantiene su jugosidad sin sacrificar sabor.
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Usa un termómetro de carne
Para una cocción perfecta, utiliza un termómetro y busca una temperatura interna entre 55 y 57 °C para carnes a punto medio. Así evitas que se pase o quede cruda.
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Descanso antes de cortar
Déjala reposar unos 5–10 minutos antes de cortarla. Esto permite que los jugos se redistribuyan, manteniendo la carne tierna y sabrosa.
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Corta en contra de la fibra
Cortar la carne en contra de la dirección de las fibras musculares rompe su estructura y la hace más fácil de masticar.
Con estos consejos, estarás listo para lucirte en tu próximo asado con una carne blanda, jugosa y llena de sabor. ¿Tienes dudas o quieres saber más? En Grillados estamos para ayudarte. 🥩🔥